martes, 5 de febrero de 2013

La Amistad

Un amigo es un rayo de luz en tu camino, es la esperanza de tener a alguien a tu lado en los momentos difíciles y hacer tu carga más llevadera. Aléjate de las malas amistades que se esconden tras de una roca cuando la tempestad ataca tu vida, y te sonríen cuando el sol de nuevo te baña con sus rayos.
Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas, pero si tienes amigos brindaran contigo en tu alegría, o estarán a tu lado en tu desdicha.
Un buen amigo no te anula, antes al contrario te ayuda a desarrollar tu potencial, te empuja, te hace fuerte, te alienta.
 
El amigo ayuda al otro sin pedir nada a cambio, solo se da. Los amigos son aquellas personas que en los momentos difíciles esta contigo.

 La amistad no se impone, ni se programa, como todo en la vida requiere de un esfuerzo para conseguirlo y lo más importante es poner los medios para lograrlo y mantenerlo.
 
La amistad tanto en los buenos momentos como en los difíciles aparece nuestro amigo al que podemos recurrir y dejarnos aconsejar, descargar, llorar, reír  y escuchar, es reconfortante saber que puedes contar con un amigo o amigos aunque esté(n) a miles de kilómetros de distancia.
   
La amistad es una relación entre iguales con alguna característica en común. Por eso los profesores, los padres, los jefes no pueden ser amigos de sus alumnos, de sus hijos o de sus empleados.
 
La amistad no se centra en las cualidades del otro sino más bien en su propia esencia: cómo es como persona, qué cualidades tiene, qué sentimientos provoca.
 
La amistad no origina simpatía hacia la persona sino empatía: capacidad para comprender y para compartir alegrías y tristezas.
 
La amistad abarca la lealtad y confidencialidad. Lograr la sinceridad mutua.
 
En la amistad buscamos la ayuda incondicional, nos apoyamos con los amigos para pasar mejor las tristezas, duplicar las alegrías y dividir las angustias por la mitad.
 
Un proverbio sobre la amistad en el que estoy de acuerdo es el siguiente: “El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos”.
 
La amistad sincera es recíproca, ambas personas enriquecen esa relación, creciendo  y aprendiendo de ella.
 
La sinceridad, la generosidad, la comprensión, el afecto mutuo son pilares sobre los que se construye una amistad que se va consolidando con el tiempo. Esto hace falta para  lograr una amistad sana y constructiva.

Un amigo es aquel que esta contigo en las buenas y las malas, es el que te escucha en los momentos de tristeza, te ayuda cuando más lo necesitas, el que te da su hombro cuando quieres llorar por alguna tristeza, es el que te apoya en tus decisiones,  el que te ayuda a reconocer tus errores...pero sobre todo un amigo verdadero, es aquel que te hiere con la verdad para que no mate la mentira ese lazo tan bello que los une en la vida...Eso es una amistad verdadera.

Aristóteles dijo que la excelente amistad es la verdadera la que es un fin y no como un medio para satisfacernos.


 

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