“Esfuérzate
por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad”.
2 Timoteo
2:15
Este es un tema muy
interesante y sobre todo hoy en día en el que nos interesa mas el mundo
material, me gusta utilizar ejemplos que leo y a los cuales en muchas ocasiones
los utilizo a mi manera para lo que pretendo trasmitir.
¿Cuántas veces te has
avergonzado de tus padres? ¿de tus hermanos? ¿ de la casa donde vives? ¿de la
pobreza material? ¿de que te vean orando? ¿de sepan que eres hijo de Dios y que
abrazas su amor? Y podría enumerar miles de preguntas de las cosas que te han
avergonzado según tú, en tu vida, y has mentido, formando tu reflejo para el
mundo de cómo tu quieres que te vean.
Cuentan los que saben, de
que en la época en que los animales hablaban habia una mula ó mulo mas fatuo y engreído
en actitud, comportamiento o manera de hablar.que cualquier otro, juraba que
provenía de un linaje de equinos de alta alcurnia, y padre era el mas veloz del
mundo, y que tal vez él, había heredado los atributos del progenitor, tanto lo pregonaba que
todo mundo le creía.
A todo hablador le llega el
día que su lengua lo derrumba, y así sucedió con el mulo de marras (adj. Que
es conocido sobradamente), fue invitado a participar en una carrera de
animales, el dia anunciado, llego con una soberbia que le cabía en el pecho, y
cuando el juez dio la voz de salida,
todo mundo arranco, y como era una mula de carga, el trote lo agoto de
inmediato, jadeando, sin fuerzas fue casi el último que cruzo la meta, y
avergonzado se refugio en un rincón y lloro su desaliento y humillación, la
tiste realida le llego cruda y sin piedad, solo era una mula de carga, y no un
brioso corcel de carreras.
El granjero enternecido se
acerco al animal, y tomándolo del cuello lo abrazo, y le dijo al oído que no
importaba, que solo fue una carrera, pero que era el mejor trabajador y amigo que tenia, y le recordó el día en que
una peña lo aplasto sin poder salir y debido a su perseverancia empujo y empujo
hasta liberarlo de tan pesada roca.
Moraleja: Cuantas veces en
nuestro interior nos formamos el reflejo al espejo de alguien que no somos, y
así pasamos por la vida creyendo nuestra propia mentira, pero ¡Cristo siempre esta ahí! En espera al
momento de que reconozcamos nuestra realidad, para fortalecernos y abrazarnos,
Dios te ama tal cual eres, sin dobleces, el te conoce de siempre y no le puedes
mentir.
Fabula Tomada de:
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ha sido usada sin fin de lucro:
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