Pareciera que la tendencia actual es tener dinero y
fama, día a día nos bombardean con información de personas que tienen un estilo
de vida muy diferente a la mayoría, que poseen joyas, dinero, autos lujosos, un
ejercito de gente que les sirve y que todo mundo los adula, además pueden viajar a donde les plazca y llegar a
los hoteles mas exuberantes.
Nuestra Imaginación de desborda y queremos ser como
esas personas “especiales” bajo los conceptos de este mundo, en fin haciendo
eco a el tan conocido refrán “Poderoso Caballero Es Don Dinero”.
Pero hay una cosa que el dinero y la fama no puede
comprar, y eso es el FAVOR DE DIOS, veamos lo que nos dice el Salmo 49:7-8 “Más
comprada su vida nadie tiene, ni a Dios puede, con plata, sobornarlo, pues es
muy caro el precio de la vida.
Y efectivamente solo se puede llegar a Dios a través
de la humildad, de que nos sirven las riquezas del mundo si se pierde la gracia
de Dios.
Queridos hermanos vivamos en constante alerta para
que las luces de este mundo no nos distraigan de nuestro cometido y nos
arrastre a perder esa Gracia que Dios nos ofrece, vivir en humildad y agradecer
lo que Dios nos da será nuestro pan día a día, vivir en oración es nuestra
mejor defensa.
¡GLORIA A DIOS!
Salmos 49 - Biblia Católica (Latinoamericana)
La insensatez de confiar en las riquezas Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré.
1. Oigan
esto, pueblos todos, habitantes del mundo entero, escuchen:
2. gente
del pueblo y gente de apellido, ricos y pobres, todos en conjunto.
3. Mi boca va a decir sabiduría y lo que pienso sobre
cosas hondas;'
4. dejen
que me concentre en un refrán, lo explicaré luego al son del arpa.
5. ¿Por
qué temer en días de desgracia, cuando me cercan el mal y la traición
6. de
los que en su fortuna se confían y hacen prevalecer su gran riqueza?
7. Mas
comprada su vida nadie tiene, ni a Dios puede, con plata, sobornarlo,
8. pues
es muy caro el precio de la vida.
9. ¿Vivir
piensa por siempre, o cree que no irá a la fosa un día?
10. Pues
bien, verá que los sabios se mueren, que igual perecen el necio y el estúpido,
y dejan para otros su riqueza.
11. Sus
tumbas son sus casas para siempre, por siglos y siglos sus moradas, por más que
su nombre a sus tierras hayan puesto.
12. El
hombre en los honores no comprende, es igual que el ganado que se mata.
13. Hacia
allá van los que en sí confían, ese será el fin de los que les gusta
escucharse.
14. Abajo
cual rebaño la muerte los reúne, los pastorea y les impone su ley. Son como un
espectro desvaído que a la mañana vuelve su casa abajo.
15. Pero
a mí Dios me rescatará, y me sacará de las garras de la muerte.
16. No
temas cuando el hombre se enriquece, cuando aumenta la fama de su casa.
17. Nada
podrá llevar él a su muerte, ni su riqueza podrá bajar con él.
18. Su
alma, que siempre en vida bendecía: 'Te alaban, porque te has tratado bien',
19. irá
a unirse con la raza de sus padres, que jamás volverán a ver la luz.
20. El
hombre en los honores no comprende, es igual que el ganado que se mata.
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